Bajo
Palabra
Hadassa
Ceniceros
Unos más iguales que otros
Los
acontecimientos trágicos en el país, concretamente en el estado de Guerrero van
dejando huellas de abatimiento generalizado expresado de diversas maneras. Las
movilizaciones en forma de marchas, veladas, plantones, paros o huelgas tienen distintas respuestas según
grados de información y decisión de participación de los ciudadanos.
Habrá
quienes no encuentran maneras más
efectivas de participación o de manifestar descontento y hartazgo. Las redes
sociales abren posibilidades al menos de marcar con un “like”, comentar en
algunas líneas a los amigos o compartir información pero es claro que no es a
partir de esto que se vayan a operar cambios significativo en el estado de las
cosas en el país.
Los
tres partidos más grandes se han cuidado de pronunciarse en busca de respuestas
al caso de secuestro y posible homicidio de los estudiantes de Ayotzinapa y
tampoco hay expresiones formales en busca de transparencia a los presuntos
actos de tráfico de influencias o actos de corrupción de los más altos representantes
del gobierno mexicano.
El
marco ideológico que debiera distinguir a estas tres opciones políticas está
ausente y pareciera que solamente el silencio
los identifica.
Difícil
es distinguir las posturas entre quienes debieran ser exponentes de distintas
formas de entender el poder, el gobierno y la sociedad y difícil será
considerarlos diferentes a la hora de otorgarles nuestro voto.
No
alcanzo a pensar en qué estará pensando el ciudadano para el 2015 cuando una
parte del Congreso sea renovada, quizá dependerá de nuevo de la oferta
inmediata que los encargados de la publicidad –que no propaganda política- y el
mercado hagan a través de regalos, espectáculos artísticos, selfies y
refrigerios.
Quisiera
pensar que habrá en alguna parte propuestas con contenido y sentido social que
promuevan a un plazo razonable un camino de justicia y valores dignos de una
sociedad a estas alturas de la Historia.
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