Hace frío, la mañana parece adelantarse antes de haber alcanzado el descanso esperado. Suena el despertador, aunque la melodía es agradable en medio de la penumbra, el frío y un sueño que parece ser el mejor en años, me obligo a despertar.
De memoria cumplo con el ritual: dejar la pijama, entrar en los pantalones, ponerme el suéter encima de la camiseta calientita y caminar a tientas hacia el baño.
Después trato de acomodar las ideas que danzan en mi cabeza desde la noche anterior, hoy empiezo un pequeño taller de redacción y expresión oral. Una ocurrencia entre amigos debido a mi disposición de andar dando consejos sobre el tema. He leído apuntes, buscado lecturas y recordado datos pero me intimida la idea de exponerme ante otros para pretender orientarlos hacia la mejor manera de escribir un recado, una carta o un reclamo.
En fin, leo tanto todos los días, tengo adicción a las noticias y las columnas de opinión politicas pero igual salto de un lugar a otro buscando un poema o una canción que se relacione, al menos en mi percepción con alguna de las tantas realidades que visito a través de la red.
No sé por dónde empezaré mi plática esta tarde...
jueves, 11 de marzo de 2010
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