

El asunto de los concursos de belleza es algo diferente. Desde el triunfo de una mexicana como Miss Universo no ha habido forma de lograr una experiencia semejante. Aquí los criterios son distintos y los intereses también, las valoraciones estéticas tienen un carga de subjetividad natural y no hay parámetros fijos por los cuales se pueda medir, la belleza, el encanto, la gracia o la elegancia de una persona.
La participante tampoco tiene claro cuáles son los atributos que en su momento van a calificar los jueces, así es que se exhiben en las pasarelas con lo mejor que tienen de sí mismas: su belleza física, simpatía y preparación.
En el caso de la representante mexicana, ésta llegó asesorada por un grupo de personas que pretenden repetir el gran triunfo de Lupita Jones… pareciera que buscan clones de la ex miss universo mexicana para crear el mismo efecto en quienes evaluarán las cualidades de la concursante nacional.

Por otro lado, las condiciones internacionales que prevalecían en 1991 han cambiado como es natural y los criterios para considerar la belleza son también diferentes.
Los trajes de baño muestran más piel, las cirugías estéticas son aceptadas, por alguna razón se piensa que entre más alta sea la concursante más oportunidad tendrá de triunfar, en fin, no llega uno a saber a ciencia cierta si lo que se valora es la representatividad de la belleza según su lugar de origen o si se busca la estandarización de los conceptos estéticos.


En este tema no veo la trascendencia como país para ganar o no. La mujer mexicana es bella de diferentes maneras y en el país hay de todo, aunque se mida la mitad de la estatura de la concursante internacional y se tengan medidas en diferente orden, la belleza de nuestras amigas, hermanas, madres o hijas bien merecen el reconocimiento diario de propios y extraños.

Hay rostros amables, suaves, voces inteligentes, rostros bellos, figuras atractivas estéticamente equilibradas en periodistas, maestras, funcionarias, intelectuales, mujeres comunes: la profesora, la empleada del banco, una vecina, una amiga o un familiar.

…tienes vibración de sonatina pasional,
tienes el perfume de un naranjo en flor,
el altivo porte de una majestad…